top of page
Search

El espejo

Writer: Poner en PRáctica Poner en PRáctica

Updated: May 20, 2020

Escrito por: Jesús Rodríguez


Me levanté temprano en la mañana como es lo usual estos días. A pesar de no haber dormido como antes, que la tarde me levantaba del calor, dormí bien. Fui como de costumbre a lavarme la boca y la cara. Luego de unos minutos vi una persona en frente de mí. Se veía cansado, bueno realmente agotado diría yo. Pero sobre todo veía en su cara unos cambios repentinos. Parecía que cambiaba de ánimos mientras me veía. Inicialmente me miró y su cara se tornó triste. No sabía lo que le pasaba y le preguntaba, pero no me respondía. Lágrimas comenzaron a bajar por sus mejillas y con desespero en esos momentos miraba y le repetía que no llorara, pero no me respondía. Al paso de un rato comenzar a agobiarme por el sujeto y cerré los ojos para no verlo. Pasaron dos segundos y abrí mis ojos de nuevo y el sujeto continuaba mirándome a los ojos con furia en su mirar. No sé qué le sucedía yo no pude haberle hecho nada, yo me acabo de levantar. Más sin embargo ahí estaba el sujeto con los ojos rojos y su mirar queriendo destrozar. ¿En qué lío me pude haber metido yo estando encerrado en esta casa? No sabía qué más hacer pues le pedía que se calmara y no accedía el sujeto. Era ya desesperante la situación pues ahí seguía el hombre mirándome. Pude haberme largado del área dirán, pero algo me congelaba los movimientos y de ahí no podía moverme. En fin, sin mediar palabra el sujeto comienza a gritar. Mi corazón comienza a alterarse y a asustarme a la vez. He visto gente molesta conmigo por montones, pero este sujeto era diferente. Este sujeto lograba inquietarme más de lo usual. En vista de que no respondía bajé mi rostro para pensar cómo poder a este hombre calmar. Lo hice rápidamente pues no quería ser víctima de un tipo así de agresivo. Cuando voy subiendo la cabeza solo me pasa por la cabeza el llorar de miedo pues no lograba una respuesta. Cuando miro al hombre este también llora y me pregunta ¿por qué? no se la contestación a su pregunta, pero le digo tranquilo todo pasará y yo estaré ahí para ayudarte en lo que necesites. Esta vez el hombre me escucha y nos secamos las lágrimas cada uno por su lado. Yo busco una toalla y él hace lo mismo. Al despedirme de ese hombre me dice no somos tan distintos, hoy fui yo y tú me levantaste, mañana te levanto yo a ti. Mañana volveré al lugar donde vi a ese hombre y espero encontrarlo mejor.



 
 
 

Recent Posts

See All

Comments


© 2020 por Poner en PRáctica (Natalia López). Hecho en Wix.com

bottom of page